Iria
10/Jul/2011
bloody hand
01

Hola primita:

Las viejas del pueblo han empezado a llamar a mi puerta. ¿Te imaginas? Las mismas que días antes se inventaban historias sobre mi vida, ahora necesitan que las ayude. Algunos de sus familiares tienen fiebre y les da pereza tener que mover sus orondos traseros hasta el centro de salud. Me han pedido una decoción de hierbas y compresas frías para bajar la fiebre.

Por aquí las cotillas han realizado su reunión diaria al lado de mi casa; escuché como culpaban a la agrícola; esta mañana vieron pasar una de las avionetas fumigadoras sobre el pueblo. Seguro que se presentan allí a gritos.

La madre de Elisa también cayó enferma. Cogí el coche para ir a su casa y me sorprendió ver tantos comercios cerrados, desde droguerías hasta los estancos; todos tenían el cartel de “Cerrado por enfermedad”. Pasé por delante del centro de salud, en ese momento entendí por que las cotillas habían ido a mi puerta; el centro estaba atestado de gente y no paraban de llegar enfermos.

No te preocupes por la madre de Elisa, ya la conoces, es fuerte y dura. Tiene la misma fiebre que los demás pero se recuperará pronto, no hay quien la mantenga en la cama más de dos horas.

De vuelta a casa me encontré con unos militares que me hicieron parar el vehículo. Se acercó uno de esos chicos uniformados con los que hubieras coqueteado. Me dijo que teníamos que permanecer en casa. Le pregunté el porqué, pero sólo movió la cabeza de un lado para otro. No es la primera vez que hacen prácticas en el bosque, pero sí es la primera vez que nos dicen que nos encerramos en nuestras casas. Intenté sonsacarle información sonriéndole y poniéndole ojitos de cordero degollado, pero no hubo manera.

Vuelvo a estar sin cobertura, el móvil no funciona e internet, como siempre, se cuelga. Ahora es cuando me arrepiento de no tener teléfono fijo, no puedo gritarle a nadie por dejarme tanto tiempo incomunicada. Espero que mañana por la mañana lo hayan solucionado, sino a ver que hago.

¿Podrías hacerme un favor? Me estoy quedando sin valeriana y verbena, ya sabes que en mi huerto no duran ni dos días. ¿Me podías mandar un poco? Y de paso, si sabes de alguna planta medicinal que haga bajar la fiebre rápidamente, mándamela también; ya sabes que le tengo mucho aprecio a la madre de Elisa y es la primera vez, desde que éramos pequeñas, que me pide un favor y no quería fallarles.

 

Un beso

Iria

P.D.: Me acaba de llamar  Elisa.  Su madre se encuentra mejor aunque no para de devorar todo lo que hay por casa, parece que mis remedios le abrieron el apetito.